Oswaldo Enrique Marchionda Vargas, Universidad Nacional Experimental de las Artes, Venezuela:
El documento es una elucubración que viaja desde la sinuosidad de la improvisación en danza enunciada desde el Caribe. Se trata de una reflexión sobre la posibilidad de creación desde el hacer-pensar improvisto y efímero enunciada desde la memoria, los imaginarios y la tradición actualizada de un territorio que rebasa sus márgenes geográficos. Una alucinación expresada en gestos que nos relata cómo en un barrio de la ciudad de Caracas, se configuran prácticas escénicas desde el goce de bailar. Cimarrones, bandoleros, brujos, revolucionarios, bailadores, independentistas y fiesteros, personajes descalificados históricamente con los que guardo profunda y existencial identificación, poseedores de esa densidad existencial caribeña que hace “mágico” lo “real-maravilloso”, son parte de esta reflexión y contribución a un pensamiento-creación que se pregunta sobre los posibles despliegues de la creación en danza a partir de la improvisación. Recupero como referencia inicial la Biografía de un Cimarrón de Miguel Barnet (1979) y su prolijo diálogo con el centenario Esteban Montejo para enunciar mi práctica artística de gestos y movimientos a partir de mi condición de “Malandro”, entendido como cimarrón reactualizado y sujeto subalterno. Un sujeto con “swing” Caribe que controla el don de la palabra, el ritmo, el movimiento y la violencia con la salsa como banda sonora.