Paola María Marugán Ricart, Universidad Autónoma Metropolitana – Xochimilco, México:
Esta publicación florece de la potencia del encuentro de cuerpos en un espacio-tiempo post-pandémico en el que compartimos procesos de investigación, prácticas situadas y convocaciones para multiplicar el programa monocultural de la blanquitud. La primera complicidad tuvo como escenario la ciudad de Guadalajara en México. Desde entonces, los contornos de este dossier han ido conformándose entre diferentes paisajes escenogeográficos y palabras sueltas o articuladas en relatos que enunciaban la urgencia de escuchar el suelo que nos sostiene. La danza es una práctica de enraizamiento para este ejercicio auditivo. Ese gesto de arraigo no siempre acaece desde un sentido de pertenencia ancestral al suelo que bailamos y nos baila.